Se rompió el vaso.
El otro día casi pierdo el tren pero no lo perdí gracias a un taxista buena onda.
Anoche recordé lo malo que era vivir con R.
Hoy volví Baires con mi primito y muchas valijas.
La moralidad mezclada con la religión me da urticaria.
Fui a entrenar.
L. me llevó a Harry y a Krimilda, tenía cara de cansadito.
Las cejas partidas se asemejan mucho a mis mieditos partidos, pero me gustan demasiado.
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