“Si viera un perro muerto me moriría de orfandad pensando en las caricias que recibió. Los perros son como la muerte: quieren huesos. En cuanto a la muerte, sin duda se entretiene tallándolos en forma de lapiceras, de cucharitas, de cortapapeles, de tenedores, de ceniceros. Si, la muerte talla huesos en tanto el silencio es de oro y la palabra de plata. Si, lo malo de la vida es que no es lo que creemos pero tampoco lo contrario.
Restos. Para nosotros quedan los huesos de los animales y de los hombres. Donde una vez un muchacho y una chica hacían el amor, hay cenizas y manchas de sangre y pedacitos de uñas y rizo púbicos y una vela doblegada que usaron con fines oscuros y manchas de esperma sobre el lodo y cabezas cortadas sobre almohadas como almas impotentes entre asfódelos y tablas resquebrajadas y zapatos viejos y vestidos en el fango y gatos enfermos y ojos incrustados en una mano que se desliza hacia el silencio y manos con sortijas y espuma negra que salpica a un espejo que nada refleja y una niña que durmiendo asfixia a su paloma preferida y pepitas de oro negro resonantes como gitanos de duelo tocando sus violines a orillas del mar Muerto y un corazón que late para engañar y una rosa que se abre para traicionar y un niño llorando frente a un cuervo que grazna, y la inspiradora se enmascara para ejecutar una melodía que nadie entiende bajo una lluvia que calma mi mal. Nadie nos oye, por eso emitimos ruegos, pero ¡mira! El gitano más joven está decapitando con sus ojos de serrucho a la niña de la paloma” (de Alejandrita)
Restos. Para nosotros quedan los huesos de los animales y de los hombres. Donde una vez un muchacho y una chica hacían el amor, hay cenizas y manchas de sangre y pedacitos de uñas y rizo púbicos y una vela doblegada que usaron con fines oscuros y manchas de esperma sobre el lodo y cabezas cortadas sobre almohadas como almas impotentes entre asfódelos y tablas resquebrajadas y zapatos viejos y vestidos en el fango y gatos enfermos y ojos incrustados en una mano que se desliza hacia el silencio y manos con sortijas y espuma negra que salpica a un espejo que nada refleja y una niña que durmiendo asfixia a su paloma preferida y pepitas de oro negro resonantes como gitanos de duelo tocando sus violines a orillas del mar Muerto y un corazón que late para engañar y una rosa que se abre para traicionar y un niño llorando frente a un cuervo que grazna, y la inspiradora se enmascara para ejecutar una melodía que nadie entiende bajo una lluvia que calma mi mal. Nadie nos oye, por eso emitimos ruegos, pero ¡mira! El gitano más joven está decapitando con sus ojos de serrucho a la niña de la paloma” (de Alejandrita)
4 comentarios:
Admito no he leido este blog en un tiempo , es que estuve de viaje por tierras de Yndias.
No pienso leer todo lo que escribió, pero gitanos en todo caso habría a las orillas del mar NEGRO y no del MUERTO.
Buenas noches
Su vuelta...
espero que se venga con todas las energías después de sus mini-vacaciones.
No pretendo que lea todo... jamás le pediría tal sacrificio.
Mar Negro, Mar muerto, ahí no me hago cargo... es de Alejandra Pizarnik, que por razones "vitales" no creo que pueda discutir con ud. (aunque nunca se sabe...)
Pensé que era de Alejandra Pradón
Grande Alejandra Pizarnik
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