Retrato de un olvido

La foto pertenece a la parte de mi familia encontrada en Febrero de este año. El Sr. de bigotes, petiso, ubicado en medio de la fotografía es mi papá. El resto mis tíos paternos y mi abuela. No supe nada de ellos hasta hace unos meses que decidí estrellarme contra la realidad, no importaba cuál amarga o excitante resultase. Y ahora, a unos meses de todo, pensádolo bien, resultó bastante orgásmica. No sabía nada de ellos, no nombres, no apellidos, no rasgos. Hoy al menos tengo un par de esbozos más o menos opacos. Detalle: Ya están todos muertos, la información del arbolito familiar y las repectivas anécdotadas las recibí de una prima de 55 años. Yo era algo así como un 1/2 N. No digo NN porque algunas cosillas sí sabía de mí, digamos conocía a mis tíos y a mi abuela materana. Argumentaba tener bastantes tíos, algunos primos, algunos amigos y algunos amantes como para necesitar más que eso para sobrevivir. Cuando me quedé sin tantos tíos, sin tantos primos, con pocos amigos y con ningún amante, decidí buscar el olvido. Acá se los presento.