domingo, mayo 08, 2005

Mi tristeza de arañas

Duele la ausencia que nunca termina de ausentarse, el pedazo de vida robado a la infancia y el trozo de caricias que se juntan sobre el pozo ahuecado del ombligo sin cerrar.
Hoy llegó "mamá" de viaje, y no aviso. Eso duele, con sabor a lágrimas y a sangre. 23 años esperando su abrazo para que llegue y no me vea.
Y la busco entre millones de personas, y la espero y sigue doliendo la ausencia.
La carencia de lo que nunca dejará de pasar es lo que me consume en las palabras, como alguna lenta emisaria de los bastardos , ahora las arañas trepan por mis piernas. Ya no puedo hacer nada para que dejen de cosquillear entre la piel, sus peludas patas envenenadas me cubren del frío, ellas me llaman. Sólo ellas recuerdan mi voz. Respondo.

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