El perro pekinés

En el 133 todo es posible. Subo a las 12 del mediodía. Una señora muy aseñorada con un bolsito negro (al mejor estilo "destripador") estaba acomodada en uno de los asientos de atrás. Sobre sus rodillas un perrito pekinés moviendo su cola al ritmo de las frenadas. Al rato sube un chico que tiene SIDA entregando unos señaladores horribles, la vieja lo mira como diciendo "me llegas a botonear y te parto el perro en la cara", obviamente no le agarra la tarjetita. Inmediatamente intenta meter al perro dentro del bolso, a la fuerza, como el animal saca su cabeza para poder respirar, le pone un repasador mugriento para taparlo. Y le hace presión para que "la cosa peluda" se quede quieta. ¡¡¡¡Imposible SEñora, el animal está vivo y va a seguir moviéndose!!!!
Después sube un chico con un equipo y la música a todo volúmen, vendiendo CD truchos ... maravillosa técnica de venta...pero no vendió ni uno.
El pekinés no dejaba de mirarlo...

Y de tanto perro feo me acordé de Tu perro Pekinés

"Muriéndome de hambre y frío
te ví pasar, corazón,
con el auto que fue mío
y el tapado de visón.

Tus ojos vieron mis ojos
pero no ví tu rubor...
Sentí temblar mis despojos
y tu perro me ladró.

Chofer japonés
son un auto-avión a chorro
y vos apretando el morro
del perrito pekinés

La vida, tal vez,
se ensañó y, a sangre fría,
me regala la ironía
de este cuadro hecho al revés.

Cómo quisiera tener
para mi frío espantoso
ese abrigo tan sedoso
de tu perro pekinés!

Cuando pasaste a mi lado
se me apretó el corazón.
Yo, con hambre, destrozado
y vos con mi auto y mi visón

Por vos perdí mi fortuna,
después tu amor, y hoy, ya ves,
le estoy ladrando a la luna
como el perro pekinés."