martes, agosto 09, 2005

Los viajes, en cualquiera de sus formas y dimensiones, te ayudan a desgarrar un poco menos el alma, te ayudan a dar el paso inicial para descuajar el dolor, para extrañar, para odiar, para amar. No importa si el viaje es por medio de un libro, si es por medio de una droga, si es por medio de un sueño profundo, si por medio de un colectivo, un auto, un tren. Importa el viaje en sí, importa desaparecer, alejarse del lugar que, como diría Pizarnik, "iba a ser de revelaciones".

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