martes, junio 07, 2005

La vuelta.

Llegamos ayer a las 9 de la mañana. El viaje en tren fue bastante soportable (la vuelta), nos entredormimos con la luz prendida porque en el coche 401 no apagaban la luz. Cada 15 minutos pasaba un simpático señor vendiendo "gaseosas" otro con "café" otro con "facturas" y después... para entretener y afanar, se paseó por todo el tren y dando gritos para que se despertaran todos el tipo de la mosqueta. Uno de esos que seguro la mayoría vió una vez en la vida, con una pelotita y tres vasitos, tapa la pelotita y la mueve de un lado al otro del tapete los vasitos ¿dónde está la pelotita?. Pide a los pasajeron $20 para participar, hace un par de meses pedía $50. Y tiene unos tres o cuatro ayudantes que lo siguen mientras simulan admiración y participan para que la gente se enganche. Bueno, eso lo hacen a las 7 de la mañana y yo había logrado dormir eso de las 5. Para completarla tuve el mal hado de que se sentara en mi apoyabrazo y pusiera su gordo y estúpido culo casi en mi cara. Odio los trenes... (aunque de a ratos).

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