viernes, abril 15, 2005

Sueñan los androides con ovejas eléctricas

Visión nocturna 1

Un robot mecánico del tamaño de una araña que podía volverse invisible. Paralizaba a las personas y luego se las comía con unas enormes mandíbulas que eran todo su cuerpo. Vivían en una valle enorme, custodiado por vayas, nadie entraba en el lugar. Algunos creían en su existencia, otros no. Yo paseaba cerca del lugar y se me cayó el bolso del otro lado de la vaya, entré sin saber. Con el miedo enorme de no saber. Y de repente entendí todo. El silencio, el olor a tierra seca, arbustos pequeños, el escenario propicio para alimentar a los exiliados del poder. Y ahí estaba, sola en medio de una tormenta de ranas y tierras. Cuando sospeché mi suerte, corrí, corrí tan fuerte que mis piernas temblaban. Entré en el labadero de la casa de mi abuela (que por esas cosas de los sueños era el único refugio entre tanta desolación), me subí a la pileta y me quede quieta. Casi sin respirar. Horas, días en la misma posición. Hasta que alguien más cayó en la trampa gubernamental, y aproveché para escapar. Ví el cuerpo a medio comer, desangrado, las cabezas carcomidas y putrefactas. Y sentí en la pierna derecha el pinchazo que me dejaba inmóvil. Me arrastre, gemí y llegué a la puerta a punto de ser devorada. Una impotencia visceral, ancestral, sexual. Y aparecí del otro lado... el resto del sueño no es tan interesante.... quizás me desperté, o quizás no.

No hay comentarios.: